viernes, 26 de septiembre de 2008

Entrevista a Alex

El jugador del Fenerbahçe turco , Alex dio una entrevista que  a continuacion les mostrare:
Señor Alex, suele decirse que usted y el argentino Juan Román Riquelme son dos de los últimos número 10 clásicos, organizadores y gestores de todas las acciones ofensivas. ¿Está de acuerdo con esa apreciación?
Efectivamente, son características cada vez más difíciles de encontrar en un jugador y sé que mencionan mucho mi nombre y el de Riquelme, pero creo que hay otros futbolistas así también. El camino que tomó el fútbol moderno llevó a la disminución del número de jugadores que ejercen esa función. Esas características perdieron un poco de espacio. Pero, para mí, más allá del estilo, de la táctica o de la evolución, el jugador que tiene calidad, si logra adecuarse a lo que es el fútbol actual, puede tener éxito. Eso sirve para mí, como para Riquelme o cualquier otro futbolista.

En cuanto al aspecto táctico, ¿qué cambios en el fútbol actual han llevado a la casi extinción del armador con esas características?
Son varios los factores: la evolución física, la disminución de los espacios... Hasta hace poco tiempo, se veía avanzar a los laterales aunque el equipo jugara con extremos. Hoy hay muchos equipos en los que la primera línea de cuatro jugadores es exclusivamente defensiva. Así, la segunda línea de cuatro jugadores tiene una función diferente. Pero todo depende mucho del entrenador, de lo que busca y cómo ve el fútbol. Lo que cambió fue el pensamiento de los que comandan; de los entrenadores.
Es evidente que le interesa el aspecto táctico del juego, más allá de su posición en la cancha. ¿Es un primer paso para un día asumir la condición de entrenador? 
Al menos por ahora, nunca se me ocurrió lo de ser entrenador. Quizás cuando deje de jugar pueda ser un camino, pero hoy no me lo planteo. Siempre me gustó mucho esta parte porque siempre fui bastante cuestionado: ‘las características de Alex perjudican el equipo en aquello; ayudan al equipo en lo otro'. Siempre escuché mucho ese tipo de cosas. Así que pasé a ver el fútbol de una manera más completa. Pensando más allá de mi función específica y de qué maneras podría ayudar el equipo. Lo que hice fue buscar respuestas y entender el concepto general de un partido de fútbol.
Vanderlei Luxemburgo lo ha señalado como un jugador exigente, capaz de pedir explicaciones acerca de todo el equipo y también del rival. ¿Es verdad que siempre tenías una charla a solas con él para saber más detalles de los que eran pasados a todo el grupo?
Me gusta tener informaciones, sí. Cuantas más, mejor. Sé que el entrenador debe pasar todo lo posible, pero me gusta aportar algo nuevo que pueda ser productivo. Lo importante es que el equipo pueda aprovecharlo. Claro que la calidad y el talento individual puede cambiar todo en un segundo, pero en un contexto general, no hay dudas de que tener informaciones acerca del rival puede facilitar un partido.
Ha trabajado con dos de los principales entrenadores brasileños de los últimos años: Luxemburgo y Luiz Felipe Scolari. ¿Tienen maneras muy distintas de pensar el fútbol?
Completamente diferentes. Trabajé cuatro años con cada uno y los dos son auténticos ganadores. Yo me identifico más con las formas de Luxemburgo. Vanderlei creo que piensa el fútbol de una manera más próxima a la que vemos normalmente en Brasil, mientras que el estilo de Scolari se acerca más a cómo se ve el fútbol en Europa.
En 2003, ha sido el mejor jugador de Brasil con el Cruzeiro que ganó tres títulos (Mineiro, Copa de Brasil y Brasileirão). Todo eso, un año después del título de la selección en la Copa Mundial de la FIFA, a la que no asistió. ¿Fue una decepción no haber participado de aquella plantilla?
Ya no. En el momento estuve muy triste, claro. Había jugado durante todas las eliminatorias y Scolari era un entrenador que me conocía bien; con el cual yo había jugado durante mucho tiempo. Pero eso es pasado: él tenía otras opciones, hizo las que les pareció correctas y ya está.
¿La selección brasileña es, de alguna manera, una cuenta pendiente en su carrera?
No, para nada. Me siento con condiciones para volver a jugar con la selección. Y si un día sucede, lo haré con alegría. Para formar una plantilla como la de Brasil, uno tiene innumerables opciones. A veces la decisión sale a tu favor, a veces no. Y eso hay que respetarlo, porque las decisiones invariablemente envuelven a jugadores de mucha calidad. No lo veo como una cuenta pendiente: el tema de la selección lo tengo totalmente claro y resuelto.
Algunos consideran que haber jugado en otra liga europea, con mayor visibilidad, las cosas podrían haber salido diferentes. ¿Qué piensa de eso?
En cuanto a la popularidad, no hay como negarlo. La visibilidad que tienes en las principales ligas europeas no se puede comparar con la que tienes en Turquía. Yo mantuve el mismo nivel de los tiempos del Cruzeiro desde 2003, pero poca gente lo sabe. En cuanto a la selección brasileña no sabría decir si hubiera cambiado mucho, porque estuve mucho tiempo jugando en un alto nivel en Cruzeiro y aún así las oportunidades que tuve fueron escasas. (Carlos Alberto) Parreira tenía otras opciones.
Usted viene de un país muy apasionado por el fútbol, pero se debe haber visto sorprendido por la euforia de los aficionados turcos, ¿no?
Muchísimo. Superó inmensamente mis expectativas. Entendí que al público de Brasil le gusta el fútbol, pero los turcos lo ponen como algo más importante que cualquier otra cosa. Mucho más que en Brasil y en cualquier otro país donde haya jugado. La pasión que el pueblo turco tiene por el fútbol es indescriptible: debe ser turco para entenderlo.
La mayoría de la gente tiene contacto con el fútbol de Turquía a través de los torneos europeos, pero ¿cómo es el nivel técnico de la liga en comparación con la brasileña?
Es completamente diferente. Principalmente del fútbol de Brasil, donde se valora más la técnica y la calidad individual. Jugar acá es muy duro: exige una severa adaptación. La liga brasileña seguramente tiene más belleza y plástica, pero considero mucho más difícil actuar en la liga turca.

Y en estas cuatro temporadas, ¿qué ha aprendido?

La liga es muy organizada y funciona muy bien, pero hay que tener en cuenta la manera de ver el fútbol. Si lo ves con los ojos de un brasileño, a lo mejor no te va a parecer un buen nivel. Igualmente, alguien de Turquía que vea un partido del Brasileirão seguramente tendrá la impresión de que algunas cosas no están bien, que no les sirven. Aprendí eso durante esas cuatro temporadas: nosotros en Brasil vemos al fútbol de una manera distinta a toda Europa.

Por último, ¿sigue en pie su proyecto de cerrar su carrera en Curitiba?

Todo depende de mi situación al final de mi contrato. Según lo que firme, empezaré a pensar en cómo y cuándo será mi vuelta a Brasil. Pero sin dudas, la idea de terminar la carrera jugando por el Coritiba se mantiene en mi cabeza.

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