jueves, 18 de septiembre de 2008

Recuerdo a Andreas Brehme , el de los "grandes momentos" de Alemania

A un jugador que, en su carrera internacional, ha marcado sólo ocho goles en 86 partidos, aunque cinco de ellos hayan llegado en Copas Mundiales de la FIFA y Campeonatos Europeos, es difícil calificarlo de desequilibrante. Claro que la cosa cambia si tres de esos tantos se anotaron en semifinales y finales de la cita mundial. En el norte de Alemania se crió un jugador que lograría sus mayores éxitos en el sur. Su nombre es Andreas Brehme.
Nacido en Hamburgo, Brehme se atrevió a hacer en su carrera aquello que provoca temblores en las piernas de muchos futbolistas. Lo logró además con el mayor de los éxitos. "Volvería a hacerlo todo exactamente igual", declara sonriente a la FIFA , a sus 47 años, el ex internacional alemán, quien seguramente pensaba lo mismo la noche del 8 de julio de 1990.
En Roma, durante la final de la Copa Mundial de la FIFA, cuando quedaban sólo cinco minutos de partido, Brehme anotó el penal que dio la victoria a Alemania contra Argentina por 1-0. A pesar de ser zurdo, Brehme chutó con la pierna derecha. Cuatro años antes, en los cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA México 1986, el futbolista transformó con el pie bueno una pena máxima frente a la selección anfitriona.
Esa frialdad tan especial fue la que permitió a este zaguero convertirse en uno de los mejores laterales zurdos de su generación. Además, la capacidad de aparecer en el momento menos pensado es la responsable de que Brehme sea considerado hoy en día una especie de leyenda en su país.
¿Por qué fue Brehme el encargado de ejecutar el penal de Roma cuando sobre el terreno de juego se encontraba un tal Lothar Matthäus? ¿Por qué fue precisamente él quien asumió la responsabilidad de lanzar las penas máximas que acabaron en el fondo de la portería contraria en las semifinales de la Copa Mundial de 1986 y 1990, contra Francia (2-0) e Inglaterra (5-4, tras la tanda de penales), a pesar de que en el equipo jugaban también dos especialistas como Félix Magath y Thomas Hässler?
Brehme era y sigue siendo un fenómeno. Una garantía de éxito. "¿Que si me acuerdo de lo que pensé en aquellos momentos decisivos? No, por supuesto que no. Creo que no pensé nada. Sólo quería que el balón entrara", asegura. Lo creemos. No hay adorno que valga para describir aquellos certeros lanzamientos. Lo pasado, pasado está: "Para mi gusto, se ha hablado demasiado sobre el penal de 1990. Merecimos la victoria en aquella final, porque la selección argentina hizo muy poco aquel día. Todo lo demás sobra".
Italia se había convertido en la tierra prometida para el futbolista hanseático con anterioridad a la Copa Mundial de la FIFA 1990. Un año antes de la cita mundial, Brehme fue elegido mejor jugador del año de la liga italiana. Junto con sus paisanos Matthäus y Jürgen Klinsmann, el zaguero formaba parte entonces de la columna vertebral de un Inter de Milán que hizo época y causaba sensación dentro y fuera de Italia.
A pesar de que sus dos compañeros de aventuras, de juego más espectacular por ocupar posiciones más ofensivas, están más de actualidad hoy en día, Brehme sigue siendo muy valorado por los expertos de todo el mundo. No en vano, el hanseático fue un jugador único en su puesto.
La carrera de este lateral zurdo, que jugó en el Kaiserslautern y el Bayern de Múnich antes de fichar por el Inter y volvió al club palatino tras su paso por Italia, fue excepcional. La afición alemana no olvida lo que vivió en el espacio de una semana en el verano de 1996, cuando Brehme lloró desconsoladamente el descenso de su equipo del alma, el Kaiserslautern, y, pocos días después, se proclamó campeón de Copa en Berlín. Brehme regresó el año siguiente a la máxima categoría con el equipo palatino y convirtió al Kaiserslautern en el primero y hasta la fecha único equipo alemán que gana la liga un año después de su ascenso. A continuación, colgó las botas. Una vez más, Brehme logró aquello que hace que las piernas de muchos otros futbolistas tiemblen.
Su carrera en los banquillos comenzó de forma muy prometedora. En el verano de 2001, Brehme ganó con el Kaiserslautern los siete primeros partidos de la Bundesliga de forma consecutiva, con lo que estableció un récord. No obstante, su suerte cambió y, tras la dimisión del entonces presidente del club, Brehme fue cesado. Posteriormente, el ex futbolista hamburgués no logró triunfar en su etapa como técnico del Unterhaching, de la segunda división alemana, ni como ayudante de Giovanni Trapattoni en el Stuttgart.
En la actualidad, el héroe de Roma trabaja como embajador de la Asociación Alemana de Fútbol (DFB), aunque él preferiría estar más cerca de los terrenos de juego. Cuando la FIFA le preguntó si se había planteado volver a trabajar como entrenador, Brehme, con su estilo claro y directo, respondió: "¡Sin duda alguna!".
Datos personales
Posición: Defensor
Clubes (como jugador):
1. FC Saarbrücken (1980-81), 1. FC Kaiserslautern (1981-86), FC Bayern München (1986-88), Inter Mailand (1988-92), Real Saragossa (1992-93), 1. FC Kaiserslautern (1993-98).
Clubes (como entrenador): 1. FC Kaiserslautern (20what00-02), SpVgg Unterhaching (2004-05), VfB Stuttgart (2005-06)
Selección nacional: 86 partidos (8 goles).
Títulos (selección): 1 Copa Mundial de la FIFA (Italia 1990); Sub-Campeón Copa Mundial de la FIFA (México 1986); Sub-Campeón de Europa (1992).
Títulos y marcas (clubes): 2 ligas alemanas (1987, 1998); 1 italiana (1989); 1 Copa de Alemania (1996); 1 Copa UEFA (1991); Mejor Jugador de Italia (1989).
FUENTE:FIFA.com

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