martes, 2 de septiembre de 2008

Estudio sobre apuestas en el fútbol muestra temores de amaño de partidos

BERLIN.Del duelo entre Brasil y Ghana en los octavos de final del Mundial-2006 a un oscuro partido entre juveniles en Escocia, el periodista y universitario canadiense Declan Hill ha repasado el panorama del fútbol actual, mostrando sus temores por las mafias del juego y la corrupción.Durante tres años, Hill ha investigado los resultados y condicionantes más sospechosos del deporte más popular del mundo, incluidos algunos en los que las mafias asiáticas apuestan grandes cantidades en choques en Escocia o Finlandia que apenas son seguidos por decenas de espectadores.El resultado de su investigación lleva por título ´¿Cómo amañar un partido de fútbol?´, y su mensaje no invita al optimismo sobre la limpieza en el mundo del fútbol y los intereses económicos creados a partir de las apuestas."El fútbol corre un peligro muy, muy serio (...) ya que los hombres que han destruido varios campeonatos en Asia están llegando a Europa", previno Hill, este lunes en la presentación de su libro en Berlín.Este doctor de la Universidad de Oxford, especializado en el crimen organizado, asegura haberse reunido con uno de los ´padrinos´ de la mafia asiática del juego, un hombre al que designa con el nombre ficticio de Lee Chin.
Durante una de esas reuniones en Bangkok, en noviembre de 2005, Lee Chin respondió a sus preguntas sin dejar de gestionar sus negocios por teléfono. Al término de una de esas llamadas, Chin habría asegurado a Hill que sus intermediarios estaban contactando con los jugadores de Ghana de cara al Mundial de Alemania.Dos días antes de los octavos de final del campeonato de 2006 entre Brasil y Ghana, ambos volvieron a hablar. "Me ha dicho que Ghana iba a perder por al menos dos goles de diferencia", recordó.Tras una gran resistencia, Ghana se vio superada por 3-0 ante la ´Seleçao´. "No digo que todos los jugadores ghaneses estuvieran comprados, pero sí que hubo algo alrededor de ese partido", insiste Hill.Durante sus investigaciones, el canadiense se reunió con el capitán ghanés Stephen Appiah, que habría reconocido haber sido contactado por organizadores de apuestas."Los intermediarios están constantemente ahí, en todos los torneos. Yo recibí dinero en dos ocasiones durante el Mundial Sub-20 de 1997 y en los Juegos Olímpicos de 2004. No por perder, sino por ganar", comentó el jugador.Los temores del estudio se centran ahora en cómo las mafias pueden actuar en los grandes campeonatos del mundo, principalmente los europeos."El fútbol europeo es como una tienda de caramelos, en la que las puertas están abiertas para estas organizaciones", explicó el especialista.

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